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Ingeniero en Industrias Alimentarias de la Universidad Nacional Agraria La Molina, pero que se dedica a un montón de cosas, como escribir en sus ratos libres. Gusta de política, economía, fútbol, música, entre otros. Hobby principal: investigación histórica, principalmente a la Guerra con Chile, y también investiga sobre el actual desarrollo de las empresas peruanas. Es coautor del libro "La Última Resistencia. La batalla en el Morro Solar de Chorrillos el 13 de enero de 1881".

sábado, 30 de noviembre de 2019

Lo que vi de la final de la Copa Libertadores




Hace una semana fui al Estadio Monumental a ver la final de la Copa Libertadores, el partido de fútbol más emocionante que he visto en el estadio. No solo el partido fue interesante, también lo fue
La enorme cantidad de extranjeros que hubo en las calles de Miraflores y Barranco es lo más cerca que Perú ha tenido de la fiesta que se vive en un Mundial de Fútbol.

Fue impresionante ver a los hinchas argentinos y brasileros alentando a su equipo en el estadio. Estuve en tribuna Oriente, casi frente al arco donde se hicieron todos los goles, cerca de la hinchada de River en popular. No cabía ni un alfiler, todos los asientos llenos por donde  estaba. Quienes llegaron tarde, tuvieron que sentarse en la esquina, pegado a popular.

El público en el estadio fue impresionante. La mayoría eran brasileños hinchas del Flamengo, aunque muchos peruanos que asistieron al juego, hinchaban por River. También me pareció que en los palcos, la mayoría era hincha de River. Creo que esto se debe a que desde niño he visto que el fútbol argentino se difunde bastante en Perú, incluso la revista El Gráfico tenía buena recepción en Lima.

Lo que me sorprendió fue ver un brasileño que alentaba a River y usaba una camiseta del equipo argentino, de esas que vendían afuera del estadio a S/ 30. También me sorprendió que a la salida, los hinchas argentinos y brasileños encontraron sus gorras, banderolas y correas (y hasta un brasileño, su cajetilla de cigarros) afuera del estadio, en el lugar en donde las habían dejado porque no se podía ingresar con al recinto deportivo.

Cuando Gabigol anotó el segundo gol del Flamengo, se fueron una gran cantidad de argentinos del estadio. Fue triste ver, al final del partido, a niños argentinos llorando con sus padres.

Los comerciantes hicieron su agosto. El vaso de gaseosa lo vendían a S/ 10 y una botella de Pepsi de litro y medio lo vendían a S/ 40.

Casi no había agua y sumado a la prohibición de gorros fue fatal. Vi a una argentina que le echaba gaseosa Pepsi a su hijo en la cabeza por el calor.

El estadio no me pareció que estuvieran muy bien para la final. Es el estadio más grande del país, pero el Estadio Nacional lo veo más cómodo. El Monumental estaba muy sucio y sus baños son pequeños, tanto así que se formaban enormes colas para su ingreso, además que no todos los caños funcionaban. Quise comprar souvenirs se agotaron rapidísimo.

Creo que hay cosas que se deben solucionar para la próxima, pero que bien que esta final se haya realizado en nuestro país.



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