Martín Vizcarra se salvó de la
vacancia en el Congreso el último viernes, básicamente porque era una medida
antipopular, pues a muchos no les gustó que quien propalara los audios sea Edgar
Alarcón, un congresista que tiene serias acusaciones fiscales por aprovecharse de su cargo
cuando fue gerente de la Contraloría. Es cierto que muchos no querían a Manuel Merino
como presidente, pero pesó más que el excontralor haya sido quien promovió la
vacancia: recordemos que él en el 2017 se convirtió en un representante de la oposición a PPK. Otro factor es que los audios eran débiles para la vacancia del presidente, solo en el primero hay
indicios de delito: Vizcarra coordina con Mirian Morales y Karem Roca que
declararán a la fiscalía que Richard Cisneros ingresó dos veces a Palacio y no
las seis veces que ellos habían encontrado hasta ese momento.
Algo parecido sucedió en
diciembre del 2017, cuando el Congreso votó por la vacancia de PPK y a última
hora lo salvó Kenji Fujimori. La medida era antipopular pero no por el carisma
de PPK, sino porque la mayoría no quería que alguien de Fuerza Popular (el
presidente del Congreso, Luis Galarreta) pudiera ser el próximo presidente del
país. La acusación contra PPK era mil veces más grave que la que afrontó
Vizcarra: proveedoras del Estado le transfirieron dinero a la empresa de PPK
cuando él fue ministro de economía y premier (2004-2006). Tres meses después,
PPK renunció cuando se descubrió que el ministro Giuffra intentaba comprar
congresistas para salvar al presidente de un segundo proceso de vacancia.
Vizcarra como presidente entró en
confrontación directa con Fuerza Popular y otros congresistas que la apoyaban. Muchos
congresistas actuales de diversas bancadas han heredado ese enfrentamiento: una muestra
fue la censura del Gabinete Cateriano (04/08/20). Es por esto que la moción de
vacancia tuvo gran acogida en un primer momento, pero se fue diluyendo con el
pasar de las horas, ante la arremetida de las redes sociales y que en un primer
momento, bancadas como el Frente Amplio y el Frepap (ambas señalan luchar
contra la corrupción), no quisieron apoyar una medida promovida por un
congresista acusado de corrupción y que políticamente beneficiaba a Antauro
Humala.
Me parece que la disolución del
anterior Congreso (30/09/20) marcó el nacimiento del antivizcarrismo, el cual
integra un amplio espectro: no solo por simpatizantes de Fuerza Popular o Apra,
sino también por una parte de la población de ideas conservadoras, así como gente
de izquierda que lo ven como un continuador de políticas neoliberales, o personas
que les molestó que se haya destruido el sistema político que ellos conocían o del
cual estaban acostumbrados. En lo personal, conozco muchas personas y amigos
que realmente están convencidas de que Vizcarra es un corrupto que no debe
continuar siendo presidente, aunque algunos de ellos no les gustó el proceso de
vacancia porque faltan pocos meses para que asuma un nuevo presidente.
Fuera de las acusaciones de corrupción, al Gobierno de Vizcarra lo califican de izquierdista, socialista, comunista, caviar, neoliberal, Gobierno de la Confiep, Gobierno de los Mandiles Rosados, etc. Hay de todo.
Este antivizcarrismo es pequeño en comparación al antifujimorismo o al antialanismo de los últimos años, pero no creo que
dure mucho si es que Vizcarra cumple su palabra de dejar la política y no postular
a la presidencia. Claro que cuando deje de ser presidente, se creará alguna
comisión investigadora en el Congreso, eso es inevitable. También es probable que el antivizcarrismo sea trasladado a un político que apoyó a Vizcarra (¿Salvador del Solar?).
A pesar de haber superado este proceso de vacancia, no creo que Vizcarra este seguro. No va a cesar el enfrentamiento con el Congreso, porque se avecinan proyectos como la liberación del 100% de los fondos de las AFPs o un bono para los afiliados para la ONP, además de la elección de nuevos magistrados para el Tribunal Constitucional.
Si viene otro escándalo,
nuevamente habrá otra moción de vacancia que será presentada por UPP (el
partido donde están los militantes de Antauro) y apoyada por otros políticos
afines a esa idea, aunque dudo de su éxito por la proximidad de las elecciones
generales.