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Ingeniero en Industrias Alimentarias de la Universidad Nacional Agraria La Molina, pero que se dedica a un montón de cosas, como escribir en sus ratos libres. Gusta de política, economía, fútbol, música, entre otros. Hobby principal: investigación histórica, principalmente a la Guerra con Chile, y también investiga sobre el actual desarrollo de las empresas peruanas. Es coautor del libro "La Última Resistencia. La batalla en el Morro Solar de Chorrillos el 13 de enero de 1881".

martes, 10 de noviembre de 2020

Lo que se nos viene

 

A las 10 am, si no sucede nada inusual, Manuel Merino debe juramentar como nuevo presidente de Perú. Mal que bien, Merino no tiene actos de corrupción conocidos y tiene una bancada que lo apoya en el Congreso, porque existen muchas posibilidades de que también se presente una moción de vacancia contra él en las próximas semanas.

La vacancia de Martín Vizcarra fue un proceso que comenzó cuando se eligió este Congreso. Vizcarra se va a lamentar toda la vida no haber apoyado ningún partido político en esas elecciones, porque se quedó sin bancada ni defensa en el Parlamento.

Lo que yo veo, es que había un gran antivizcarrismo entre los congresistas porque sentían que Vizcarra había destruido la clase política. La vacancia de Vizcarra permite un resurgimiento de estos viejos partidos políticos. También había una posición anticaviar, porque un sector político sentía que los “caviares” apoyaban a Vizcarra. La posición de los antauristas, del Frente Amplio y del Frepap la veo como una posición extremista antitodo y va en sentido de apoyar una nueva Constitución, aunque en este último punto estoy de acuerdo con ellos.

Lo cierto, es que era difícil defender a Vizcarra porque muchos pensamos que sí es un presidente coimero. Si yo no estoy en el centro de Lima tirando piedras al Congreso, es porque creo que las acusaciones de que Vizcarra pidió sobornos para el proyecto Pasto Grande o el Hospital Regional de Moquegua cuando fue gobernador regional de Moquegua, son ciertas. Solo estoy en contra de la vacancia, porque faltaban cinco meses para las elecciones generales.

Para mí, el que Vizcarra se haya confabulado para suceder a PPK en el 2018 o el favorecimiento en contratos estatales a Richard Swing, son cosas de política o que siempre suceden en el Estado, nada que no haya podido suceder en los recientes gobiernos de Ollanta o Alan. Pero el caso de sobornos en Moquegua sí es algo grave, por más que aún este en investigación.

¿Qué se nos viene? Los fiscales Juárez y/o Chirre, quienes investigan a Vizcarra por sus actos de corrupción, podrían pedir prisión domiciliaria para el expresidente.

En economía no creo que nos vaya mal. Habrá un alza del dólar y caída en la bolsa, pero no será duradero. El termómetro ideal para ver el comportamiento de la economía son los comunicados de la Confiep. Durante el proceso de vacancia, la Confiep no emitió ningún comunicado de apoyo a Vizcarra, en cambio, después de producirse esta, emitió un comunicado haciendo “un llamado a la serenidad, pero sobre todo al irrestricto respeto a la Constitución”. Así que los gremios empresariales no los veo molestos con la caída de Vizcarra como lo veo con la ciudadanía en las calles.

Por lo pronto, veo que el Congreso está apurado en designar a los magistrados del Tribunal Constitucional (TC). El actual TC me parece que trabaja más o menos bien, con un adecuado balance entre conservadores, fujimoristas, liberales e izquierdistas. Yo espero que el Congreso no elija solo magistrados de un solo bando en el próximo TC; por lo pronto, el Partido Morado y el Frente Amplio se está quejando de la eliminación de algunos de sus candidatos favoritos.

Algunos amigos míos se sorprenden de la actitud de Acción Popular, porque votaron por el partido de la lampa en las elecciones municipales y congresales, pero son vizcarristas. Les recuerdo que Acción Popular apoyó el Golpe de Estado de 1962 y y tuvo un presidente transitorio en el 2000, nada que no haya pasado hoy. Además que cuatro de los cinco congresistas del anterior Parlamento, eran claramente antiVizcarra.

En cuanto a elecciones, Guzmán está aprovechando el momento para relanzar su candidatura presidencial; ya no le veía opciones para el próximo año, pero ahora sí. Forsyth también puede aprovechar el momento y ganar a los partidarios de Vizcarra, si es que es bien asesorado.

Por la otra posición, veo muchos candidatos. Keiko Fujimori y César Acuña pueden fagocitarse, porque abarcan el mismo espectro político. Recordemos que en la primera vuelta del 2016, Keiko obtuvo 33% de los votos totales porque absorbió gran parte de la preferencia electoral de Acuña, que antes de ser sacado de la carrera electoral, tenía 13% en las encuestas. Sinceramente, dudo que alguno de ellos pueda tener más de 15% en las próximas elecciones.

Urresti seguirá con su discurso de seguridad, antiAFP y antifujimorista que tanto popularidad le ha dado y lo sigo viendo como uno de los favoritos a pasar a segunda vuelta.

Si Yonhy Lescano es el candidato de Acción Popular, podría pasar a segunda vuelta con su discurso de centroizquierda y antiempresarial, pero sí es Alfredo Barnechea, no creo que llegue ni al 6% de las elecciones del 2016.

A Antauro Humala no lo veo de izquierda como lo califican muchos. Es popular, antiempresarial (a veces) y extremista, pero no es de izquierda, sino más cercano al fascismo. Siempre ha sido fuerte en el sur del país y él candidato que levante las banderas de Antauro (porque él no puede postular), tendrá una gran votación en esa parte del país.

En la izquierda hay una división notoria. Por una parte tenemos a Marco Arana, que apoyó la vacancia y siempre ha estado en contra de las medidas del gobierno. Por otro, a Verónika Mendoza, que se ha radicalizado en los últimos años, pero su postura fue en contra de la vacancia y cuenta con cierto apoyo entre los progresistas limeños. No veo a ninguno de ellos en segunda vuelta.

En cuanto al gobierno que se nos viene, Merino nombraría un gabinete en consenso con Fuerza Popular, Alianza para el Progreso, Podemos y Somos Perú, aunque con muchos independientes. En su anterior paso por el Congreso, Merino se había mostrado como alguien de centroderecha, no creo que haya cambiado esa posición.

Mi nota sobre el anterior proceso de vacancia:

http://elinaresm.blogspot.com/2020/09/vizcarra-y-el-antivizcarrismo.html 


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