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Ingeniero en Industrias Alimentarias de la Universidad Nacional Agraria La Molina, pero que se dedica a un montón de cosas, como escribir en sus ratos libres. Gusta de política, economía, fútbol, música, entre otros. Hobby principal: investigación histórica, principalmente a la Guerra con Chile, y también investiga sobre el actual desarrollo de las empresas peruanas. Es coautor del libro "La Última Resistencia. La batalla en el Morro Solar de Chorrillos el 13 de enero de 1881".

sábado, 3 de abril de 2021

Los cañones de Bolognesi

 

Uno de los cañones Blakely de 11 pulgadas que compró Bolognesi y que participó en el combate del 2 de Mayo de 1866, actualmente en el Callao.

La labor de Bolognesi como proveedor del Estado

Si bien Francisco Bolognesi ha pasado a la historia por su defensa de Arica, no menos relevante es su participación en la modernización de la artillería peruana.

En 1860, el coronel Bolognesi fue enviado de comisión en Europa para comprar artillería rayada para el ejército. Cabe mencionar que hasta ese momento, el ejército peruano usaba cañones de bronce de ánima lisa, pero estos estaban cayendo obsoletos en Europa por el surgimiento de los cañones de acero rayados o con estrías, tal como son hoy en día.

La comisión de Bolognesi terminó en 1862 y adquirió cañones Blakely, que eran lo último en tecnología en esa época: cañones de fierro fundido sunchado con anillos de fierro forjado. Bolognesi adquirió para el Estado peruano 14 cañones navales del calibre de 12 libras, 12 cañones de campaña o batalla de 12 libras y 28 cañones de montaña, es decir, 14 cañones para la marina y 40 para el ejército. Al final, llegaron 42 cañones para el ejército, de los que volaron 2 cañones de montaña en pruebas de fuego y otro quedó con “rotura en la cámara”, que según Bolognesi, había sido desechada por él en Inglaterra “y supone la habrían remitido con las demás por equivocación o descuido”.(1) El resto de estos los cañones fueron con los que contaba el ejército peruano en la Guerra con Chile, aunque debido a los grandes avances tecnológicos de esa época, ya eran casi anticuados para 1879.

Con motivo del conflicto con España, Bolognesi fue enviada a una nueva comisión a Europa en 1864, de la que regresó en 1866, habiendo adquirido seis cañones Blakely del calibre de 11 pulgadas o 500 libras.(2) Fueron estos cañones los que defendieron el Callao en el combate del 2 de Mayo de 1866

Perú fue uno de los principales compradores de cañones con patente Blakely en el mundo, siendo superado por el Imperio Ruso y por los Estados Confederados de la Guerra de Secesión (1861-1865). La mayoría de estos cañones fueron fundidos por Fawcett, Preston and Co. Tal vez, esa fue una de las razones por las que el creador de la patente, Teophilus Alexander Blakely, visitó Perú.

Alexander Blakely y su amante arribaron al Callao el 16 de abril de 1868, en medio de la peor epidemia de fiebre amarilla que vivió Perú en el siglo XIX: en abril hubieron más de 700 muertos en el Callao y 400 en Lima por fiebre amarilla, y el mes de mayo comenzó con 100 muertos diarios en la capital. Su pareja murió por la epidemia en Chorrillos y Blakely la siguió el 3 de mayo, siendo enterrado ambos en el Cementerio Británico de Bellavista (Callao) el 5 de mayo. Tiempo después, los restos de Alexander Blakely fueron repatriados por su esposa.(3)

De acuerdo a la biografía de Pons Muzzo, Bolognesi inició su expediente de licencia indefinida del ejército en octubre de 1871.

Muñón de un antiguo cañón Vavasseur que perteneció a Perú, actualmente en Arica.

LOS CAÑONES VAVASSEUR DE BOLOGNESI

En el 2007, en una reunión de foristas de la Guerra de 1879 organizada por Juan Carlos Flórez y Óscar Ferreyra, conocí a José Carlos Juárez y a Carlos Carrera, quienes me contaron que Bolognesi compró cañones Vavasseur y los trajo a Perú en la década de 1870. Años después, cuando se inició la guerra con Chile, Bolognesi vendió esos cañones a Perú.

Josiah Vavasseur fundió varios cañones con el sistema Blakely en su empresa Vavasseur and Co. Con motivo del conflicto con España, Perú adquirió cañones pesados Vavasseur para la defensa del Callao: ocho cañones de 9 pulgadas de calibre (llamado de 250 libras, porque su proyectil sólido pesaba 232 libras) y uno de 11 pulgadas de calibre.

Fueron 10 los cañones Vavasseur los que trajo Bolognesi al Perú: ocho piezas de campaña de 6 libras, uno de montaña de 4 libras y otro de montaña de 7 libras.(4) De acuerdo a Carlos Carrera, “las 2 baterías Vavasseur de retrocarga y de campaña de a 6 que se trajeron a consignación no fueron aceptadas por varios motivos:

1) Se habían descartado las piezas de campaña o batalla porque eran muy difícil de trasladar en los inexistentes caminos de la época. Además de ser prácticamente imposible de llevar de campaña a la sierra. Incluso, los Blakely de campaña habían sido retirados del servicio.

2) El alto costo y la falta de fondos.

3) Como probablemente esas piezas se quedarían a consignación, pues las tenías disponibles en caso de necesidad, como finalmente ocurrió”.(5)

En el Museo de Combatientes del Morro de Arica, exhiben fotocopias de documentos que nos muestran como al inicio de la guerra, Francisco Bolognesi transfirió estos cañones Vavasseur al Perú, convirtiéndose de esta manera, en proveedor del Estado.

En ese museo hay un documento ante un escribano público, fechado en Arica el 21 de diciembre de 1879, en donde Francisco Bolognesi confiere poder a su hijo Federico Bolognesi “para que este venda dos baterías de artillería con todos sus útiles corrientes, de mi propiedad, que tengo depositados en el Cuartel de Santa Catalina de la República, entendiendo y firmando la correspondiente escritura i dando los recibos i demás…”.(6)

Esos 10 cañones se utilizaron en la batalla de San Juan, la primera de las dos batallas por la defensa de Lima. De acuerdo al parte oficial del general Pedro Silva, habían cuatro cañones Vavasseur en la hacienda Villa (Chorrillos) y otras cuatro piezas cerrando la línea “a la derecha de la cadena de Pamplona”, es decir, al este de Pamplona (San Juan de Miraflores). También refiere que “a la derecha de las colinas de Santa Teresa” (al este de Chorrillos) habían 23 cañones, de los que dos eran Vavasseur, “uno de estos de cargar por la boca”, que serían el Vavasseur de retrocarga de 4 libras y de avancarga de 7 libras. De los 10 cañones, según el general Silva, se salvaron tres que se utilizaron en la batalla de Miraflores.(7)

INTENTANDO COBRAR LOS CAÑONES

Como vemos, los cañones que trajo Bolognesi fueron usados por Perú durante la Guerra con Chile, sin embargo, el Estado no le pagó a él. Culminó la guerra y su hija Margarita Bologensi pasó varios años intentando cobrar esos cañones.

Hay una carta de 1888, durante el Gobierno de Andrés A. Cáceres, en donde Margarita Bolognesi cuenta a la Comisión de Guerra de la Cámara de Diputados del Congreso, en donde cuenta “que desde la legislatura de 1886, se halla a la orden del día en la Cámara de diputados, un dictamen de la comisión respectiva, recaída en una solicitud que entonces hice a la Representación Nacional pidiendo una justa indemnización… se encuentra paralizado un expediente que elevo al conocimiento y resolución del S. Congreso referente al pago de una piezas de artillería y sus accesorios que el Supremo Gobierno compró a mi Sr padre durante la guerra con Chile, para el pago de su valor”.(8)

Un año después, Margarita Bolognesi volvió a escribir al Congreso, sobre “el pago del valor de una piezas de artillería y sus accesorios que mi padre vendió al S. Gobierno al comenzar la guerra con Chile; todo lo que tengo suficientemente comprobado en el expediente de la materia”,  explicando también que desde 1886 “me he permitido, en cada legislatura, pedir se resuelva mi solicitud; y no obstante, ver transcurrir el tiempo y sucederse los Congresos, con la triste decepción de ver en el olvido a quien supo sucumbir por su patria…”. (9)

Fue recién en 1890, con el nuevo Gobierno de Remigio Morales y un nuevo Parlamento, es que el Congreso emite una ley reconociendo un crédito de £ 1436 a favor del coronel Francisco Bolognesi “por la compra que se le hizo de varias piezas de artillería, debió pagarse en letras sobre Londres”, por lo que resuelve que “se considere en el Presupuesto General del año próximo”.(10)

La ley fue firmada por Manuel Candamo, presidente del Senado, y Manuel María del Valle, presidente de la Cámara de Diputados. Con esto, se acabaron las reclamaciones de los descendientes de Bolognesi por la venta de los cañones, pues debió pagárseles en 1891, más de siete años después de firmado el Tratado de Paz de Ancón.


NOTAS

(1) Ponz Muzzo, Gustavo (1987). El coronel Francisco Bolognesi y el expansionismo chileno, pp. 41-53.

(2) Ibidem, pp. 61-62.

(3) Thorndike Losada, Guillermo (2005). Grau. Caudillo, la Ley, pp. 944-946, 1007.

(4) Correo electrónico de Carlos Carrera del 31 de octubre del 2007.

(5) Correo electrónico de Carlos Carrera del 14 de noviembre del 2007.

(6) Archivo del Museo de Combatientes del Morro de Aria (AMCMA). Poder Don Francisco Bolognesi á su hijo Federico Bolognesi.

(7) Ortiz Sotelo, Jorge (2014). Apuntes sobre la batalla de Miraflores, pp. 123-124, 132. Segunda edición. Lima: La Casa del Libro Viejo.

(8) AMCMA. Carta de Margarita Bolognesi de Cáceres; Arequipa, julio 20 de 1888. Recibido por Heros; Lima, septiembre 5 de 1888.

(9) AMCMA. Carta de Margarita Bolognesi de Cáceres; Arequipa, julio 23 de 1889. Recibido por Robles; Lima, agosto 2 de 1889.

(10) Congreso. Ley del 13 de octubre de 1890.


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