Hace una semana fui al Estadio Monumental
a ver la final de la Copa Libertadores, el partido de fútbol más emocionante
que he visto en el estadio. No solo el partido fue interesante, también lo fue
La enorme cantidad de extranjeros
que hubo en las calles de Miraflores y Barranco es lo más cerca que Perú ha
tenido de la fiesta que se vive en un Mundial de Fútbol.
Fue impresionante ver a los hinchas
argentinos y brasileros alentando a su equipo en el estadio. Estuve en tribuna
Oriente, casi frente al arco donde se hicieron todos los goles, cerca de la
hinchada de River en popular. No cabía ni un alfiler, todos los asientos llenos
por donde estaba. Quienes llegaron
tarde, tuvieron que sentarse en la esquina, pegado a popular.
El público en el estadio fue
impresionante. La mayoría eran brasileños hinchas del Flamengo, aunque muchos
peruanos que asistieron al juego, hinchaban por River. También me pareció que
en los palcos, la mayoría era hincha de River. Creo que esto se debe a que
desde niño he visto que el fútbol argentino se difunde bastante en Perú,
incluso la revista El Gráfico tenía buena recepción en Lima.
Lo que me sorprendió fue ver un
brasileño que alentaba a River y usaba una camiseta del equipo argentino, de
esas que vendían afuera del estadio a S/ 30. También me sorprendió que a la
salida, los hinchas argentinos y brasileños encontraron sus gorras, banderolas
y correas (y hasta un brasileño, su cajetilla de cigarros) afuera del estadio,
en el lugar en donde las habían dejado porque no se podía ingresar con al
recinto deportivo.
Cuando Gabigol anotó el segundo
gol del Flamengo, se fueron una gran cantidad de argentinos del estadio. Fue
triste ver, al final del partido, a niños argentinos llorando con sus padres.
Los comerciantes hicieron su
agosto. El vaso de gaseosa lo vendían a S/ 10 y una botella de Pepsi de litro y
medio lo vendían a S/ 40.
Casi no había agua y sumado a la
prohibición de gorros fue fatal. Vi a una argentina que le echaba gaseosa Pepsi
a su hijo en la cabeza por el calor.
El estadio no me pareció que
estuvieran muy bien para la final. Es el estadio más grande del país, pero el
Estadio Nacional lo veo más cómodo. El Monumental estaba muy sucio y sus baños
son pequeños, tanto así que se formaban enormes colas para su ingreso, además
que no todos los caños funcionaban. Quise comprar souvenirs se agotaron
rapidísimo.
Creo que hay cosas que se deben
solucionar para la próxima, pero que bien que esta final se haya realizado en
nuestro país.
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