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Ingeniero en Industrias Alimentarias de la Universidad Nacional Agraria La Molina, pero que se dedica a un montón de cosas, como escribir en sus ratos libres. Gusta de política, economía, fútbol, música, entre otros. Hobby principal: investigación histórica, principalmente a la Guerra con Chile, y también investiga sobre el actual desarrollo de las empresas peruanas. Es coautor del libro "La Última Resistencia. La batalla en el Morro Solar de Chorrillos el 13 de enero de 1881".

lunes, 6 de noviembre de 2023

1879: Los blindados y cañoneras italianas que Perú descartó comprar

 

Fragata blindada Roma, que por algunos años fue el buque más poderoso de la marina italiana. Foto: Ministero della Difesa 

Apenas se supo del conflicto entre Chile y Bolivia en 1879, una de las preocupaciones del gobierno peruano fue el estado de la escuadra nacional. En la sesión del Consejo de Ministros del 14 de febrero de 1879 se acordó: “… examinar los buques de guerra por los marinos más inteligentes del país a fin de apreciar su fuerza en relación con la escuadra chilena”.(1) En la sesión del Consejo de Ministros del 28 de febrero, se resolvió: “… se autorizara, por telegrama, al segundo Vice-Presidente de la República, que se hallaba en Europa, Don José Francisco Canevaro para que de acuerdo con los comisionados Fiscales señores don José Araníbar y don Emilio Althaus, y los agentes diplomáticos del Perú en Europa, procedieses inmediatamente a comprar uno o dos blindados de guerra superiores o iguales a los chilenos, cueste lo que cueste y buscando fondos de cualquier modo”.(2) Cabe señalar que Canevaro estaba en Inglaterra tratando de llegar a un acuerdo con los acreedores peruanos, porque el país había entrado en default el 1° de enero de 1879 al no poder pagarles la cuota de los bonos que se había comprometido a pagarles en 1876 (ver aquí), por lo que conseguir dinero era una labor casi imposible.

A continuación, se le envió el siguiente telegrama al vicepresidente Canevaro:

“Compre inmediatamente, cueste lo que cueste, uno o dos blindados mejores o iguales a los de Chile. Obtenga fondos de cualquier forma. Comunique esto a Araníbar…”.(3) Lo que fue ratificado después por este otro telegrama:

“Presidente ordena ratifiquemos telegrama del cuatro. Si no consigue blindado listo para la mar, mejor o igual a chilenos en Inglaterra, vea italiano Roma u otro superior. Verificada compra enarbole inmediatamente pabellón peruano con nombre Amazonas, dando mando a Muñoz”. (4)

Como vemos, ya en marzo de 1879 Perú intentaba adquirir un blindado en Inglaterra o Italia. En Reino Unido era imposible, porque nunca vendía sus buques de guerra para no romper la neutralidad en un conflicto, al igual que Italia, sin embargo, la idea en Perú era intentar adquirir cualquier blindado, no necesariamente italiano, ya que la mención del Roma fue porque era uno de los buques más conocidos en el mundo, pues por algunos años fue el buque insignia de la Regia Marina (Marina Real italiana). Aunque Canevaro si observó algunos buques italianos en venta, como veremos más adelante

LA FRAGATA BLINDADA ROMA Y SU COMPARACIÓN CON LOS BLINDADOS CHILENOS

El 4 de abril, en la sección Crónicas del diario La Patria, posiblemente inspirado en el telegrama anterior, se publica:

El blindado Roma.- Hé aquí algunos pormenores sobre el blindado Roma que se dice comúnmente ha sido comprado por nuestro gobierno.

Toneladas, seis mil.

Coraza, treinta y cinco centímetros.

Fuerza, cuatro mil caballos.

Velocidad, catorce millas por hora.

Curso á toda presión, diez y seis millas.

Armamento, 12 cañones de 50 toneladas.

Largo y fuerte espolón de acero.

Tiene lanchas, porta-torpedos.

Fabricada en Genova y echado a la mar el año 1875”.

La mención del Roma no era sin motivo, sino que era uno de los buques italianos más conocidos en esa época, porque por algunos años fue el buque insignia de la Regia Marina. La construcción del Roma y su gemelo el Venezia, se inició en Genova en 1863, pero fueron completados en 1869 y 1873, respectivamente.

El Roma era una fragata blindada similar al buque peruano Independencia, pero con casco de madera, aunque tenía hierro en las partes no blindadas. Desplazaba 5,698 toneladas normal y 6,151 toneladas full carga, con velocidad máxima de 13 nudos por hora y necesitaba una tripulación de 549 hombres. De acuerdo a Aldo Fraccaroli, su blindaje iba desde 4¾ hasta 5.9 pulgadas (6), mientras Edward Wilson Very indica que su blindaje iba de 4 a 6 pulgadas (7). Según Fraccaroli, su artillería original era de cinco cañones de 10 pulgadas y 12 de 8 pulgadas, distribuidos en los costados y uno en proa. Los cañones debieron ser Armstrong, que usaban otros blindados italianos y que también fueron adquiridos en esos años por las armadas de Argentina, Chile, España y Perú, por lo que los cañones del calibre de 8 pulgadas y 150 libras de proyectil -como los del blindado peruano Independencia- y los de 10 pulgadas y de 300 libras -como del blindado peruano Huáscar-. Fraccaroli detalla que para 1874-75, su artillería cambió a 11 cañones de 10 pulgadas de calibre, que es también la artillería que Very informa que tenía. Si bien para esos años, Armstrong ya fabricaba cañones de 10 pulgadas y 400 libras de proyectil (similar a los de la ordenanza naval británica), yo pienso que esos cañones eran los de 300 libras, poque los 400 libras pesaban 18 toneladas, mientras los de 300 libras pesaban 12 toneladas (los de 8 pulgadas pesaban 7 toneladas) y un mayor peso de la artillería, le quita velocidad y maniobrabilidad al buque.

Yo veo difícil que el Roma haya podido salir airoso si se enfrentaba a alguno de los blindados chilenos, Blanco Encalada y Cochrane. Los buques chilenos contaban con un blindaje que iba desde 6 a 9 pulgadas y si bien el Roma tenía 11 cañones pesados, esos cañones de 300 libras no podían perforar el máximo grosor de los blindados ni con granada Palliser, como quedó demostrado en el combate de Angamos, en donde un tiro del Huáscar solo pudo perforar 3 pulgadas de blindaje.(8) En cambio, los cañones Armstrong de calibre de 9 pulgadas y 250 libras de los blindados chilenos (más modernos que los cañones de 10 pulgadas y 300 libras), teóricamente podían perforar un blindaje de 11 pulgadas.(9) Aunque si el Roma estaba en venta, hubiera sido probable que Perú haya intentado adquirirlo.

LOS BUQUES ITALIANOS CONFUNDIDOS POR BRASILEROS

La sesión del Consejo de Ministros del 16 de agosto de 1879, presidida por el primer vicepresidente Luis La Puerta de Mendoza y por el ministro de Guerra y Marina, Manuel de Mendiburu Bonet, leyeron un telegrama enviado el ministro plenipotenciario de Perú en Argentina, Aníbal Víctor de la Torre Vidaurre, desde Buenos Aires vía Tupiza (Bolivia) y cablegrama desde Mollendo, que decía: “… el cónsul del Perú en Río de Janeiro avisa que le han propuesto vender un buque blindado de cuatro mil toneladas, su andar, 10 millas y coraza cinco pulgadas por cuatro millones cuatrocientos mil francos, y lanchas cañoneras de 600 toneladas con un andar de 10 millas y blindaje de seis pulgadas, por un valor de seiscientos mil francos, sin armamento, el que dice contrataría por separado. Discutido el asunto y considerando que ni el andar y el blindaje del buque grande satisfacen las necesidades del momento, por ser ese buque inferior a los blindados chilenos, se acordó comprar tan sólo dos cañoneras, si después examinadas por el capitán de navío don Alejandro Muñoz las encontraba fuerte y capaces de llevar dos gruesos cañones de 500; y que contarle objeto se telegrafiara al mencionado Muñoz para que de Europa se trasladara a Río de Janeiro y se pusiera de acuerdo con el señor Lavalle, nuestro plenipotenciario en esa Corte”.(10)

Pero en la lectura del telegrama hubo una confusión, porque no se trataba de buques brasileros ni menos estaban en Brasil, sino que eran buques italianos que estaban en Genova. Como veremos, fue el mismo Aníbal de la Torre quien aclaró esta confusión.

Cabe señalar que Alejandro Muñoz Sologuren era capitán de navío desde 1865, había estado presente en el combate del 2 de Mayo, fue comandante del Huáscar (1866) y en 1872 fue jefe de construcción de las cañoneras Chanchamayo y Pilcomayo. Desde 1875 era cónsul de Perú en El Havre, Francia (11), y era el encargado de aprobar la adquisición de buques de guerra para Perú.

En una nota reservada del 27 de septiembre (42 días después del Consejo), el ministro de Relaciones Exteriores, Manuel Yrigoyen Arias, le dirige al ministro Mendiburu una comunicación de Aníbal de la Torre, en donde cuenta que el 29 de julio recibió la información del cónsul de Río de Janeiro que habían buques en venta  y que en la fecha que escribía ese oficio, el 29 de agosto (es decir, demoró 29 días en llegar a Yrigoyen), se presentó en la Legación peruana en Buenos Aires don Angelo Razeto para saber si aceptaban la oferta de buques. De la Torre cuenta:

“Me asegura que los buques son de la marina italiana, que están en Jénova, que los comprará una sociedad particular i los entregará al Perú allí mismo, o en el mar Negro,-i que pueden encargarse de artillar la fragata, poniéndose de acuerdo sobre los precios de artillería i municiones i demas gastos”.(12)

El ministro Yrigoyen contestaba: “… esa fragata que vende el Gobierno italiano despues de haberle quitado la artillería, debe ser la misma que el señor Canevaro reconoció allí i que por informes secretos que se le dieron es un buque viejo de que quiere deshacerse el Gobierno de aquel reino. Que el señor Ministro sabe que no convendria hacer la compra de semejante nave ni de cañoneras tambien de esclusion, despues de los informes secretos que tuvo el 2° Vice-Presidente de que aquella fragata que no tenia las cualidades que se requieren…”.(12)

Sin embargo, por dificultades de la comunicación, el tema se siguió tratando en los siguientes meses.

En nota del 1° de noviembre de 1879, Aníbal de la Torre le dice al ministro Yrigoyen que recién la mañana de ese día recibió sus oficios del 16 y 20 de agosto, es decir, las cartas demoraron 77 días en llegar (hubieran llegado antes si no fuera por la guerra, pues fueron reenviadas desde New York el 4 de octubre). En la carta del 16 de agosto, Yrigoyen acusó recibo del telegrama de De la Torre del 29 de julio en donde le contaba la oferta de buques que le habían hecho al cónsul en Río de Janeiro, anunciando que el capitán Muñoz iba a inspeccionar las cañoneras para aprobar su adquisición, y en la carta del 20 de agosto, el ministro le informaba que había la omisión sobre “si los buques se hallaban o nó en el Brasil”, a lo que De la Torre responde:

“Cuando hice el telegrama, no sabia donde estaban los buques, pues el Cónsul en Rio de Janeiro no me lo habia indicado en su nota del 21 de Julio, que remití a V. S. en copia. En las mias de 29 de Agosto, número 200, i 6 de Setiembre, número 201, comuniqué a V. S. los datos que logré adquirir mas tarde. Con esta última fecha telegrafié a V. S., i aun sin saber si el señor de Lavalle habia llegado al Brasil, me dirijí a él el citado día 6 de Setiembre, dándole todos estos datos, por si le era posible impedir el viaje del señor Muñoz al Brasil. Copia de esta nota remití oportunamente a V. S.”. (13)

Desde septiembre de 1879, el cónsul en Río de Janeiro y máximo representante diplomático peruano en Brasil era nada menos que José Antonio de Lavalle y Arias de Saavedra, quien al inicio de la guerra fue enviado a Chile como mediador y al final de la guerra fue el gestor del Tratado de Paz de Ancón en 1883.

Lavalle fue terminante en decir “que aquí no hai ni ha habido nunca buques de guerra en venta, ni blindados ni de madera… que todo lo que a los tales buques se refiere es una pamplina, con la que no se ha debido nunca ocupar la atención del Gobierno”. (14)

De la Torre le informó a Lavalle que quien ofreció la venta de estos buques fue un señor llamado Angelo Razetto de la Casa Coltelletti, quien los entregaría “en los mares de la India o Guinea”, que Muñoz tal vez arribaría a Río de Janeiro a ver esos buques, pero debe dirigirse a Genova y entenderse con Luigi Coltelletti “de la casa fuerte de ese nombre”.(15) El secretario de Lavalle, Javier Melecio Casós le contó a De la Torre que Muñoz “ha sido encargado de diversas jestiones para procurarnos buques, así en Italia como en Turquía”.(16)

Principe di Carignano, una de las fragatas blindadas que habría estado en venta en 1879. Foto: Ministero della Difesa 

LA COMPARACIÓN DE LOS BUQUES ITALIANOS OFRECIDOS CON LOS BUQUES CHILENOS

Como ya hemos visto, el blindado ofrecido por Angelo Razetto (o Razeto, según quien escribe la carta) ya había sido visto por José Canevaro en Genova y era “un buque viejo” del cual se quería deshacer Italia, pero ¿cuál era?

La información proporcionada por Razetto era la siguiente:

“Una fragata con coraza de 120 milímetros de espesor i de 3,975 toneladas i sin armamento…… £ 176,000

Tres cañoneras con coraza de 120 milímetros de espesor i de 642 toneladas, armadas con un cañon rayado Armstrong de 0.22 milímetros de fierro i de peso de 12 toneladas i 3/20 vale cada una… £ 23,600

Dos baterías con coraza de 140 milímetros, de 2,390 toneladas una, i otra de 2,270 toneladas, armadas de 14 cañones rayados Armstrong:

2 de 0.20 centímetros fierro

10 “  0.16                          

2       0.8                          bronce vale cada una £ 77,360”.(17)

De acuerdo a De la Torre, cada buque podía tener una rebaja del 33% “sobre los precios indicados”.(12)

De la Torre también informó al ministro Yrigoyen que en Montevideo anunciaron el remate de las cañoneras italianas Arditta, Confianza y Veloz, surtas en esa bahía, para el 30 de octubre de 1879. De la Torre advirtió al encargado de negocios de Italia en Buenos Aires por si Chile adquiría esos buques “protestando desde luego la venta que pudiera hacerse en Montevideo sin la garantía de una potencia neutral europea, de que los buques no pasarían al servicio de los belijerantes del Pacífico” y le decía a Yrigioyen “puedo asegurar a V. S. que esas cañoneras no servirían para ser empleadas por alguno de los belijerantes en la guerra actual del Pacífico”.(18)

Las medidas dadas por la fragata blindada corresponden a los blindados clase Principe di Carignano, según la relación de buques italianos de Fraccaroli para “Conway's”. Originalmente eran dos fragatas de madera, Principe di Carignano y Messina, que fueron puestas en construcción en 1861 como gemelos de la fragata Principe Umberto de 54 cañones, pero durante su construcción, se decidió blindarlas. Un tercer buque, el Conte Verde, de frente inició su construcción como blindado en 1863, similar a los dos anteriores. El Principe di Carignano fue completado en 1865, el Messina en 1867 y el Conte Verde en 1871. El Principe di Carignano desplazaba 3,446 toneladas y 3,912 toneladas a full carga, el Messina 3,868 toneladas y 4,245 full carga y el Conte Verde 3,514 toneladas y 3,866 full carga.(19)

La artillería del Principe di Carignano originalmente eran 10 cañones de 8 pulgadas de ánima lisa y 12 cañones de 164 mm, pero en 1870 tenía cuatro cañones de 8 pulgadas y 16 de 164 mm, suponemos que todos rayados. El Messina tenía cuatro cañones de 8 pulgadas lisos y 18 cañones de 164 mm, pero en 1870 tenía dos cañones de 10 pulgadas, cuatro de 8 pulgadas y ocho de 164 mm. El Conte Verde tenía seis cañones de 10 pulgadas y uno de 8 pulgadas, asumimos que Armstrong similares a los que usaba la Roma. El Principe di Carignano fue dado de baja en 1875 y los otros dos blindados en 1880, por lo que creemos que el buque que fue propuesto a Perú fue el Messina o el Conte Verde.(18) Obviamente, ninguna de estos buques podía hacerle frente a los blindados chilenos, así estuvieran en buen estado.

Curiosamente, estas fragatas eran casi similares en medidas al blindado peruano Independencia (aunque esta tenía casco de acero), también en el precio, que fue de £ 176,000 sin armamento. (20)

¿Italia tenía buques más poderosos que los blindados chilenos? Para 1879, Italia tenía 14 buques blindados y los más poderosos eran Palestro y Principe Amadeo, de un desplazamiento y artillería similar al Roma, pero con un blindaje máximo de 8 5/8 pulgadas que tal vez hubieran podido hacerles frente, de igual a igual, a los blindados chilenos. Además, en ese año, Italia tenía en construcción cuatro grandes blindados de más de 10 mil toneladas y blindaje de acero (los anteriores tenían blindaje de hierro): Dandolo, Duilio, Italia y Lepanto, buques que sí eran muy superiores a cualquiera que existían en el continente americano en esa época.

Sobre las “baterías” que menciona la carta estaban en venta, deben tratarse de baterías flotantes, que estaban entre los primeros buques blindados que tuvo la marina italiana y pueden compararse con los monitores peruanos Manco Cápac y Atahualpa.

Para 1879, Italia contaba tres baterías flotantes. Una era el Varese, construido en 1865, que tenía un blindaje de 4½ pulgadas, desplazaba 1,968 toneladas normal y 2,362 full carga, y para ese año tenía artillería con cuatro cañones de 8 pulgadas (similares al que usaba la fragata blindada Independencia), uno de 6.5 pulgadas y 2 de 80 mm (21). Los otros eran el Formidable y el Terrible, ambos gemelos y que fueron los primeros blindados de la marina italiana, construidos en 1860-61; desplazaban 2,682 toneladas normal y 2,807 (Terrible) y 2,818 (Formidable) full carga y su artillería en 1878 eran ocho cañones de 8 pulgadas.(22)

Acerca de las tres cañoneras con coraza, no he encontrado referencia alguna sobre su existencia en la marina italiana en Conways’s o en la relación de Edward Very, pero su descripción apunta a que estaba artillada con un cañón Armstrong de 9 pulgadas (similar al usado por los blindados chilenos) y son parecidas a las cañoneras Rendel que en esa época tenían las armadas de Argentina (ver aquí) y China, aunque estas tenían cañones del calibre de 11 pulgadas a más. Lo más cercano en la marina italiana eran las cañoneras Guardiano y Sentinella, de casco de hierro, operativas desde 1874 y tenían un solo cañón de 9 pulgadas, pero no estaban blindadas y desplazaban solo 261 toneladas. (23)

Por último, las cañoneras que se iban a rematar en Montevideo eran Ardita, Veloce y Confienza, todas de madera. Según Very, las dos primeras desplazaban 274 toneladas y la última 262 toneladas, y cada una estaba artillada con cuatro cañones (24). Conforme a Conway’s, las dos primeras desplazaban 285 toneladas y estaban artilladas con dos cañones y la última 258 toneladas y artillada con cuatro cañones, todas fuera de servicio a partir de 1880. (25) Como vemos, su valor naval era casi nulo y probablemente, estaban en muy mal estado en ese momento.

VÉASE TAMBIÉN

- Los buques que Perú no pudo mandar a construir en 1879.

NOTAS

(1) Julio A. Luna G. P. (1982). “Libros de Actas del Consejo de Ministros (Años: 1875 – 1879)” en: Revista Histórica Tomo XXXII 1979-1980, p. 47. Lima: Talleres Gráficos P. L. Villanueva S.A.

(2) Ibídem, p. 48.

(3) Carlos Paz Soldán (1929). Ahora medio siglo. La gestión de los ministerios Irigoyen y Mendiburu y la Guerra con Chile. Apuntes para la Historia Contemporánea del Perú, p. 19. Lima: Librería e Imprenta Gil.

(4) Ibídem.

(5) La Patria, 4 de abril de 1879.

(6) Aldo Fraccaroli (1979). “Italy” en: Conway's All the World's Fighting Ships 1860–1905. London: Conway Maritime Press, p. 339.

(7) Edward Wilson Very (1880). Navies of the World giving concise descriptions of the Plans, Armament and Armor of the naval vessels of twenty of the principal nations together with the latest developments in ordanance, torpedoes and naval architecture, and a concise sumary of the Principal Naval Battles of the last twenty years 1860-1880, New York: John Wiley & Sons, p. 90.

(8) Melitón Carvajal Pareja (2006). Historia Marítima del Perú, tomo XI, volumen 2. Lima: Instituto de Estudios Histórico-Marítimos del Perú, p. 761.

(9) Jorge Grieve Madge (1983). Historia de la Artillería y de la Marina de Guerra en la contienda del 79, p. 42. Lima.

(10) Luna, Op. Cit., pp. 56-57.

(11) Alicia Castañeda Martos (1999). Reseñas Biográficas de Oficiales de Marina 1500-1930. Lima: Instituto de Estudios Histórico-Marítimos del Perú, pp. 134-135.

(12) Pascual Ahumada Moreno (1886). Guerra del Pacífico, recopilación completa de todos los documentos oficiales, correspondencias y demás publicaciones referente a la guerra que ha dado a la luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia, conteniendo documentos inéditos de importancia, Tomo III. Valparaíso: Imprenta i Lib Americana de Federico Lathrop, pp. 23-24. Oficio del ministro Yrigoyen. Lima, Setiembre 27 de 1879.

(13) Ibídem, (1887). Tomo IV, pp. 83-84. Número 230 – Legación del Perú en las Repúblicas del Plata. Buenos Aires, Noviembre 1° de 1879.

(14) Ibídem, T. III, p. 25. Oficio de Lavalle al ministro. Rio de Janeiro, Octubre 27 de 1879.

(15) Ibídem. Oficio de Aníbal V. de la Torre a Lavalle. Buenos Aires, Setiembre 6 de 1879.

(16) Ibídem. Oficio de J. Melecio Casós a De la Torre. Rio de Janeiro, a 16 de Setiembre de 1879.

(17) Ibídem, T. III, p. 24. Anexo al oficio de Yrigoyen.

(18) Ahumada, Op. Cit., T. IV, p. 83. Número 227 – Legación del Perú en las Repúblicas del Plata. Buenos Aires, Octubre 25 de 1879.

(19) Fraccaroli, Op. Cit., p. 338.

(20) Fernando Romero Pintado (1984). Historia Marítima del Perú, Tomo VIII volumen 2. Lima: Instituto de Estudios Histórico-Marítimos del Perú, p. 289.

(21) Fraccaroli, Op. Cit., p. 353.

(22) Ídem, p. 337.

(23) Fraccaroli, Op. Cit., p. 354.

(24) Very, Op. Cit., 95.

(25) Fraccaroli, Op. Cit., p. 337.