Apenas se supo del conflicto
entre Chile y Bolivia en 1879, una de las preocupaciones del gobierno peruano
fue el estado de la escuadra nacional. En la sesión del Consejo de Ministros del
14 de febrero de 1879 se acordó: “… examinar los buques de guerra por los
marinos más inteligentes del país a fin de apreciar su fuerza en relación con
la escuadra chilena”.(1) En la sesión del Consejo de Ministros del 28 de
febrero, se resolvió: “… se autorizara, por telegrama, al segundo
Vice-Presidente de la República, que se hallaba en Europa, Don José Francisco
Canevaro para que de acuerdo con los comisionados Fiscales señores don José
Araníbar y don Emilio Althaus, y los agentes diplomáticos del Perú en Europa,
procedieses inmediatamente a comprar uno o dos blindados de guerra superiores o
iguales a los chilenos, cueste lo que cueste y buscando fondos de cualquier
modo”.(2) Cabe señalar que Canevaro estaba en Inglaterra tratando de llegar a
un acuerdo con los acreedores peruanos, porque el país había entrado en default
el 1° de enero de 1879 al no poder pagarles la cuota de los bonos que se había
comprometido a pagarles en 1876 (ver aquí),
por lo que conseguir dinero era una labor casi imposible.
A continuación, se le envió el
siguiente telegrama al vicepresidente Canevaro:
“Compre inmediatamente, cueste lo
que cueste, uno o dos blindados mejores o iguales a los de Chile. Obtenga
fondos de cualquier forma. Comunique esto a Araníbar…”.(3) Lo que fue
ratificado después por este otro telegrama:
“Presidente ordena ratifiquemos
telegrama del cuatro. Si no consigue blindado listo para la mar, mejor o igual
a chilenos en Inglaterra, vea italiano Roma u otro superior. Verificada
compra enarbole inmediatamente pabellón peruano con nombre Amazonas,
dando mando a Muñoz”. (4)
Como vemos, ya en marzo de 1879
Perú intentaba adquirir un blindado en Inglaterra o Italia. En Reino Unido era
imposible, porque nunca vendía sus buques de guerra para no romper la
neutralidad en un conflicto, al igual que Italia, sin embargo, la idea en Perú
era intentar adquirir cualquier blindado, no necesariamente italiano, ya que la
mención del Roma fue porque era uno de los buques más conocidos en el
mundo, pues por algunos años fue el buque insignia de la Regia Marina (Marina
Real italiana). Aunque Canevaro si observó algunos buques italianos en venta,
como veremos más adelante
LA FRAGATA BLINDADA ROMA Y SU
COMPARACIÓN CON LOS BLINDADOS CHILENOS
El 4 de abril, en la sección
Crónicas del diario La Patria, posiblemente inspirado en el telegrama anterior,
se publica:
“El blindado Roma.- Hé
aquí algunos pormenores sobre el blindado Roma que se dice comúnmente ha
sido comprado por nuestro gobierno.
Toneladas, seis mil.
Coraza, treinta y cinco
centímetros.
Fuerza, cuatro mil caballos.
Velocidad, catorce millas por
hora.
Curso á toda presión, diez y seis
millas.
Armamento, 12 cañones de 50
toneladas.
Largo y fuerte espolón de acero.
Tiene lanchas, porta-torpedos.
Fabricada en Genova y echado a la
mar el año 1875”.
La mención del Roma no era
sin motivo, sino que era uno de los buques italianos más conocidos en esa época,
porque por algunos años fue el buque insignia de la Regia Marina. La
construcción del Roma y su gemelo el Venezia, se inició en Genova
en 1863, pero fueron completados en 1869 y 1873, respectivamente.
El Roma era una fragata
blindada similar al buque peruano Independencia, pero con casco de
madera, aunque tenía hierro en las partes no blindadas. Desplazaba 5,698
toneladas normal y 6,151 toneladas full carga, con velocidad máxima de 13 nudos
por hora y necesitaba una tripulación de 549 hombres. De acuerdo a Aldo
Fraccaroli, su blindaje iba desde 4¾ hasta 5.9 pulgadas (6), mientras
Edward Wilson Very indica que su blindaje iba de 4 a 6 pulgadas (7). Según
Fraccaroli, su artillería original era de cinco cañones de 10 pulgadas y 12 de
8 pulgadas, distribuidos en los costados y uno en proa. Los cañones debieron
ser Armstrong, que usaban otros blindados italianos y que también fueron
adquiridos en esos años por las armadas de Argentina, Chile, España y Perú, por
lo que los cañones del calibre de 8 pulgadas y 150 libras de proyectil -como los
del blindado peruano Independencia- y los de 10 pulgadas y de 300 libras
-como del blindado peruano Huáscar-. Fraccaroli detalla que para 1874-75,
su artillería cambió a 11 cañones de 10 pulgadas de calibre, que es también la
artillería que Very informa que tenía. Si bien para esos años, Armstrong ya
fabricaba cañones de 10 pulgadas y 400 libras de proyectil (similar a los de la
ordenanza naval británica), yo pienso que esos cañones eran los de 300 libras,
poque los 400 libras pesaban 18 toneladas, mientras los de 300 libras pesaban
12 toneladas (los de 8 pulgadas pesaban 7 toneladas) y un mayor peso de la
artillería, le quita velocidad y maniobrabilidad al buque.
Yo veo difícil que el Roma
haya podido salir airoso si se enfrentaba a alguno de los blindados chilenos, Blanco
Encalada y Cochrane. Los buques chilenos contaban con un blindaje
que iba desde 6 a 9 pulgadas y si bien el Roma tenía 11 cañones pesados,
esos cañones de 300 libras no podían perforar el máximo grosor de los blindados
ni con granada Palliser, como quedó demostrado en el combate de Angamos, en
donde un tiro del Huáscar solo pudo perforar 3 pulgadas de blindaje.(8) En
cambio, los cañones Armstrong de calibre de 9 pulgadas y 250 libras de los
blindados chilenos (más modernos que los cañones de 10 pulgadas y 300 libras), teóricamente
podían perforar un blindaje de 11 pulgadas.(9) Aunque si el Roma estaba
en venta, hubiera sido probable que Perú haya intentado adquirirlo.
LOS BUQUES ITALIANOS CONFUNDIDOS
POR BRASILEROS
La sesión del Consejo de
Ministros del 16 de agosto de 1879, presidida por el primer vicepresidente Luis
La Puerta de Mendoza y por el ministro de Guerra y Marina, Manuel de Mendiburu
Bonet, leyeron un telegrama enviado el ministro plenipotenciario de Perú en
Argentina, Aníbal Víctor de la Torre Vidaurre, desde Buenos Aires vía Tupiza (Bolivia)
y cablegrama desde Mollendo, que decía: “… el cónsul del Perú en Río de Janeiro
avisa que le han propuesto vender un buque blindado de cuatro mil toneladas, su
andar, 10 millas y coraza cinco pulgadas por cuatro millones cuatrocientos mil
francos, y lanchas cañoneras de 600 toneladas con un andar de 10 millas y
blindaje de seis pulgadas, por un valor de seiscientos mil francos, sin
armamento, el que dice contrataría por separado. Discutido el asunto y
considerando que ni el andar y el blindaje del buque grande satisfacen las
necesidades del momento, por ser ese buque inferior a los blindados chilenos,
se acordó comprar tan sólo dos cañoneras, si después examinadas por el capitán
de navío don Alejandro Muñoz las encontraba fuerte y capaces de llevar dos
gruesos cañones de 500; y que contarle objeto se telegrafiara al mencionado
Muñoz para que de Europa se trasladara a Río de Janeiro y se pusiera de acuerdo
con el señor Lavalle, nuestro plenipotenciario en esa Corte”.(10)
Pero en la lectura del telegrama
hubo una confusión, porque no se trataba de buques brasileros ni menos estaban
en Brasil, sino que eran buques italianos que estaban en Genova. Como veremos,
fue el mismo Aníbal de la Torre quien aclaró esta confusión.
Cabe señalar que Alejandro Muñoz
Sologuren era capitán de navío desde 1865, había estado presente en el combate
del 2 de Mayo, fue comandante del Huáscar (1866) y en 1872 fue jefe de
construcción de las cañoneras Chanchamayo y Pilcomayo. Desde 1875
era cónsul de Perú en El Havre, Francia (11), y era el encargado de aprobar la adquisición
de buques de guerra para Perú.
En una nota reservada del 27 de
septiembre (42 días después del Consejo), el ministro de Relaciones Exteriores,
Manuel Yrigoyen Arias, le dirige al ministro Mendiburu una comunicación de
Aníbal de la Torre, en donde cuenta que el 29 de julio recibió la información del
cónsul de Río de Janeiro que habían buques en venta y que en la fecha que escribía ese oficio, el
29 de agosto (es decir, demoró 29 días en llegar a Yrigoyen), se presentó en la
Legación peruana en Buenos Aires don Angelo Razeto para saber si aceptaban la
oferta de buques. De la Torre cuenta:
“Me asegura que los buques son de
la marina italiana, que están en Jénova, que los comprará una sociedad
particular i los entregará al Perú allí mismo, o en el mar Negro,-i que pueden
encargarse de artillar la fragata, poniéndose de acuerdo sobre los precios de
artillería i municiones i demas gastos”.(12)
El ministro Yrigoyen contestaba:
“… esa fragata que vende el Gobierno italiano despues de haberle quitado la
artillería, debe ser la misma que el señor Canevaro reconoció allí i que por
informes secretos que se le dieron es un buque viejo de que quiere deshacerse
el Gobierno de aquel reino. Que el señor Ministro sabe que no convendria hacer
la compra de semejante nave ni de cañoneras tambien de esclusion, despues de
los informes secretos que tuvo el 2° Vice-Presidente de que aquella fragata que
no tenia las cualidades que se requieren…”.(12)
Sin embargo, por dificultades de
la comunicación, el tema se siguió tratando en los siguientes meses.
En nota del 1° de noviembre de
1879, Aníbal de la Torre le dice al ministro Yrigoyen que recién la mañana de
ese día recibió sus oficios del 16 y 20 de agosto, es decir, las cartas
demoraron 77 días en llegar (hubieran llegado antes si no fuera por la guerra,
pues fueron reenviadas desde New York el 4 de octubre). En la carta del 16 de
agosto, Yrigoyen acusó recibo del telegrama de De la Torre del 29 de julio en
donde le contaba la oferta de buques que le habían hecho al cónsul en Río de
Janeiro, anunciando que el capitán Muñoz iba a inspeccionar las cañoneras para
aprobar su adquisición, y en la carta del 20 de agosto, el ministro le
informaba que había la omisión sobre “si los buques se hallaban o nó en el
Brasil”, a lo que De la Torre responde:
“Cuando hice el telegrama, no
sabia donde estaban los buques, pues el Cónsul en Rio de Janeiro no me lo habia
indicado en su nota del 21 de Julio, que remití a V. S. en copia. En las mias
de 29 de Agosto, número 200, i 6 de Setiembre, número 201, comuniqué a V. S.
los datos que logré adquirir mas tarde. Con esta última fecha telegrafié a V.
S., i aun sin saber si el señor de Lavalle habia llegado al Brasil, me dirijí a
él el citado día 6 de Setiembre, dándole todos estos datos, por si le era
posible impedir el viaje del señor Muñoz al Brasil. Copia de esta nota remití
oportunamente a V. S.”. (13)
Desde septiembre de 1879, el
cónsul en Río de Janeiro y máximo representante diplomático peruano en Brasil
era nada menos que José Antonio de Lavalle y Arias de Saavedra, quien al inicio
de la guerra fue enviado a Chile como mediador y al final de la guerra fue el
gestor del Tratado de Paz de Ancón en 1883.
Lavalle fue terminante en decir “que
aquí no hai ni ha habido nunca buques de guerra en venta, ni blindados ni de
madera… que todo lo que a los tales buques se refiere es una pamplina, con la
que no se ha debido nunca ocupar la atención del Gobierno”. (14)
De la Torre le informó a Lavalle que
quien ofreció la venta de estos buques fue un señor llamado Angelo Razetto de
la Casa Coltelletti, quien los entregaría “en los mares de la India o Guinea”, que
Muñoz tal vez arribaría a Río de Janeiro a ver esos buques, pero debe dirigirse
a Genova y entenderse con Luigi Coltelletti “de la casa fuerte de ese
nombre”.(15) El secretario de Lavalle, Javier Melecio Casós le contó a De la
Torre que Muñoz “ha sido encargado de diversas jestiones para procurarnos buques,
así en Italia como en Turquía”.(16)
Principe di Carignano, una de las fragatas blindadas que habría estado en venta en 1879. Foto: Ministero della Difesa
LA COMPARACIÓN DE LOS BUQUES
ITALIANOS OFRECIDOS CON LOS BUQUES CHILENOS
Como ya hemos visto, el blindado
ofrecido por Angelo Razetto (o Razeto, según quien escribe la carta) ya había
sido visto por José Canevaro en Genova y era “un buque viejo” del cual se
quería deshacer Italia, pero ¿cuál era?
La información proporcionada por
Razetto era la siguiente:
“Una fragata con coraza de 120
milímetros de espesor i de 3,975 toneladas i sin armamento…… £
176,000
Tres cañoneras con coraza de 120
milímetros de espesor i de 642 toneladas, armadas con un cañon rayado Armstrong
de 0.22 milímetros de fierro i de peso de 12 toneladas i 3/20 vale cada una… £
23,600
Dos baterías con coraza de 140
milímetros, de 2,390 toneladas una, i otra de 2,270 toneladas, armadas de 14
cañones rayados Armstrong:
2 de 0.20 centímetros fierro
10 “ 0.16
“ “
2 “
0.8 “ bronce vale cada una £
77,360”.(17)
De acuerdo a De la Torre, cada
buque podía tener una rebaja del 33% “sobre los precios indicados”.(12)
De la Torre también informó al
ministro Yrigoyen que en Montevideo anunciaron el remate de las cañoneras
italianas Arditta, Confianza y Veloz, surtas en esa bahía,
para el 30 de octubre de 1879. De la Torre advirtió al encargado de negocios de
Italia en Buenos Aires por si Chile adquiría esos buques “protestando desde
luego la venta que pudiera hacerse en Montevideo sin la garantía de una
potencia neutral europea, de que los buques no pasarían al servicio de los
belijerantes del Pacífico” y le decía a Yrigioyen “puedo asegurar a V. S. que
esas cañoneras no servirían para ser empleadas por alguno de los belijerantes
en la guerra actual del Pacífico”.(18)
Las medidas dadas por la fragata blindada
corresponden a los blindados clase Principe di Carignano, según la
relación de buques italianos de Fraccaroli para “Conway's”. Originalmente eran
dos fragatas de madera, Principe di Carignano y Messina, que
fueron puestas en construcción en 1861 como gemelos de la fragata Principe
Umberto de 54 cañones, pero durante su construcción, se decidió blindarlas.
Un tercer buque, el Conte Verde, de frente inició su construcción como
blindado en 1863, similar a los dos anteriores. El Principe di Carignano
fue completado en 1865, el Messina en 1867 y el Conte Verde en
1871. El Principe di Carignano desplazaba 3,446 toneladas y 3,912
toneladas a full carga, el Messina 3,868 toneladas y 4,245 full carga y
el Conte Verde 3,514 toneladas y 3,866 full carga.(19)
La artillería del Principe di
Carignano originalmente eran 10 cañones de 8 pulgadas de ánima lisa y 12
cañones de 164 mm, pero en 1870 tenía cuatro cañones de 8 pulgadas y 16 de 164
mm, suponemos que todos rayados. El Messina tenía cuatro cañones de 8
pulgadas lisos y 18 cañones de 164 mm, pero en 1870 tenía dos cañones de 10
pulgadas, cuatro de 8 pulgadas y ocho de 164 mm. El Conte Verde tenía seis
cañones de 10 pulgadas y uno de 8 pulgadas, asumimos que Armstrong similares a
los que usaba la Roma. El Principe di Carignano fue dado de baja
en 1875 y los otros dos blindados en 1880, por lo que creemos que el buque que
fue propuesto a Perú fue el Messina o el Conte Verde.(18)
Obviamente, ninguna de estos buques podía hacerle frente a los blindados
chilenos, así estuvieran en buen estado.
Curiosamente, estas fragatas eran
casi similares en medidas al blindado peruano Independencia (aunque esta
tenía casco de acero), también en el precio, que fue de £ 176,000 sin armamento. (20)
¿Italia tenía buques más
poderosos que los blindados chilenos? Para 1879, Italia tenía 14 buques
blindados y los más poderosos eran Palestro y Principe Amadeo, de
un desplazamiento y artillería similar al Roma, pero con un blindaje máximo
de 8 5/8 pulgadas que tal vez hubieran podido hacerles frente, de igual a
igual, a los blindados chilenos. Además, en ese año, Italia tenía en construcción
cuatro grandes blindados de más de 10 mil toneladas y blindaje de acero (los anteriores tenían blindaje de hierro): Dandolo,
Duilio, Italia y Lepanto, buques que sí eran muy superiores a
cualquiera que existían en el continente americano en esa época.
Sobre las “baterías” que menciona
la carta estaban en venta, deben tratarse de baterías flotantes, que estaban
entre los primeros buques blindados que tuvo la marina italiana y pueden
compararse con los monitores peruanos Manco Cápac y Atahualpa.
Para 1879, Italia contaba tres
baterías flotantes. Una era el Varese, construido en 1865, que tenía un
blindaje de 4½ pulgadas, desplazaba 1,968 toneladas normal y 2,362 full
carga, y para ese año tenía artillería con cuatro cañones de 8 pulgadas
(similares al que usaba la fragata blindada Independencia), uno de 6.5 pulgadas
y 2 de 80 mm (21). Los otros eran el Formidable y el Terrible,
ambos gemelos y que fueron los primeros blindados de la marina italiana,
construidos en 1860-61; desplazaban 2,682 toneladas normal y 2,807 (Terrible)
y 2,818 (Formidable) full carga y su artillería en 1878 eran ocho
cañones de 8 pulgadas.(22)
Acerca de las tres cañoneras con
coraza, no he encontrado referencia alguna sobre su existencia en la marina
italiana en Conways’s o en la relación de Edward Very, pero su descripción apunta
a que estaba artillada con un cañón Armstrong de 9 pulgadas (similar al usado
por los blindados chilenos) y son parecidas a las cañoneras Rendel que en esa
época tenían las armadas de Argentina (ver aquí)
y China, aunque estas tenían cañones del calibre de 11 pulgadas a más. Lo más
cercano en la marina italiana eran las cañoneras Guardiano y Sentinella,
de casco de hierro, operativas desde 1874 y tenían un solo cañón de 9 pulgadas,
pero no estaban blindadas y desplazaban solo 261 toneladas. (23)
Por último, las cañoneras que se
iban a rematar en Montevideo eran Ardita, Veloce y Confienza, todas de madera. Según
Very, las dos primeras desplazaban 274 toneladas y la última 262 toneladas, y cada
una estaba artillada con cuatro cañones (24). Conforme a Conway’s, las dos primeras
desplazaban 285 toneladas y estaban artilladas con dos cañones y la última 258
toneladas y artillada con cuatro cañones, todas fuera de servicio a partir de
1880. (25) Como vemos, su valor naval era casi nulo y probablemente, estaban en
muy mal estado en ese momento.
VÉASE TAMBIÉN
- Los buques que Perú no pudo mandar a construir en 1879.
NOTAS
(1) Julio A. Luna G. P. (1982).
“Libros de Actas del Consejo de Ministros (Años: 1875 – 1879)” en: Revista
Histórica Tomo XXXII 1979-1980, p. 47. Lima: Talleres Gráficos P. L. Villanueva
S.A.
(2) Ibídem, p. 48.
(3) Carlos Paz Soldán (1929).
Ahora medio siglo. La gestión de los ministerios Irigoyen y Mendiburu y la
Guerra con Chile. Apuntes para la Historia Contemporánea del Perú, p. 19. Lima:
Librería e Imprenta Gil.
(4) Ibídem.
(5) La Patria, 4 de abril de
1879.
(6) Aldo Fraccaroli (1979). “Italy”
en: Conway's All the World's Fighting Ships 1860–1905. London: Conway Maritime
Press, p. 339.
(7) Edward Wilson Very (1880).
Navies of the World giving concise descriptions of the Plans, Armament and
Armor of the naval vessels of twenty of the principal nations together with the
latest developments in ordanance, torpedoes and naval architecture, and a
concise sumary of the Principal Naval Battles of the last twenty years
1860-1880, New York: John Wiley & Sons, p. 90.
(8) Melitón Carvajal Pareja
(2006). Historia Marítima del Perú, tomo XI, volumen 2. Lima: Instituto de
Estudios Histórico-Marítimos del Perú, p. 761.
(9) Jorge Grieve Madge (1983).
Historia de la Artillería y de la Marina de Guerra en la contienda del 79, p. 42.
Lima.
(10) Luna, Op. Cit., pp. 56-57.
(11) Alicia Castañeda Martos
(1999). Reseñas Biográficas de Oficiales de Marina 1500-1930. Lima: Instituto
de Estudios Histórico-Marítimos del Perú, pp. 134-135.
(12) Pascual Ahumada Moreno (1886).
Guerra del Pacífico, recopilación completa de todos los documentos oficiales,
correspondencias y demás publicaciones referente a la guerra que ha dado a la
luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia, conteniendo documentos inéditos de
importancia, Tomo III. Valparaíso: Imprenta i Lib Americana de Federico
Lathrop, pp. 23-24. Oficio del ministro Yrigoyen. Lima, Setiembre 27 de 1879.
(13) Ibídem, (1887). Tomo IV, pp.
83-84. Número 230 – Legación del Perú en las Repúblicas del Plata. Buenos
Aires, Noviembre 1° de 1879.
(14) Ibídem, T. III, p. 25.
Oficio de Lavalle al ministro. Rio de Janeiro, Octubre 27 de 1879.
(15) Ibídem. Oficio de Aníbal V.
de la Torre a Lavalle. Buenos Aires, Setiembre 6 de 1879.
(16) Ibídem. Oficio de J. Melecio
Casós a De la Torre. Rio de Janeiro, a 16 de Setiembre de 1879.
(17) Ibídem, T. III, p. 24. Anexo
al oficio de Yrigoyen.
(18) Ahumada, Op. Cit., T. IV, p.
83. Número 227 – Legación del Perú en las Repúblicas del Plata. Buenos Aires,
Octubre 25 de 1879.
(19) Fraccaroli, Op. Cit., p. 338.
(20) Fernando Romero Pintado
(1984). Historia Marítima del Perú, Tomo VIII volumen 2. Lima: Instituto de
Estudios Histórico-Marítimos del Perú, p. 289.
(21) Fraccaroli, Op. Cit., p.
353.
(22) Ídem, p. 337.
(23) Fraccaroli, Op. Cit., p. 354.
(24) Very, Op. Cit., 95.
(25) Fraccaroli, Op. Cit., p. 337.
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