Uno de los logros menos recordados de la campaña
del Huáscar durante la guerra con Chile fue cuando combatió contra los fuertes
de Antofagasta, puerto boliviano que, tras la ocupación chilena, fue artillado.
El puerto de Antofagasta tenía 6,000 habitantes el
año de 1879, el doble que el puerto peruano de Arica. Contaba con una vía
férrea privada hacia una salitrera y cinco máquinas condensadoras con las que
se abastecía de agua a la población y al ejército chileno. Estaba comunicada
por cable submarino con Valparaíso, al sur, y por telégrafo con el puerto
Mejillones de Bolivia, por el norte.
La primera vez que el Huáscar se enfrentó a los
fuertes de Antofagasta fue el lunes 26 de mayo. Aquel día Miguel Grau, que aún
tenía el grado de capitán de navío, ordenó abrir fuego sobre las máquinas
condensadoras y los chilenos le respondieron con los cañones de los fuertes,
los del ejército y los de la cañonera Covadonga, que estaba en la poza de la
bahía, detrás de los buques neutrales. El Huáscar hizo 16 tiros con sus cañones
de 300 libras y ocho con los de 40, mientras que los chilenos ejecutaron 145
tiros; pero ambos bandos no se hicieron daño alguno. Grau ordenó parar el fuego
para no lastimar “a los intereses neutrales y a los pobladores indefensos”,
aunque al día siguiente el Huáscar cortó el cable submarino sin ser molestado
por los fuertes.
La mañana del jueves 28 de agosto de 1879, a las 11
de la mañana, el vigía de Antofagasta avistó nuevamente al Huáscar. Antofagasta
era defendido por tres fuertes, ubicados al norte, centro y sur del puerto,
además que los buques de guerra Abtao y Magallanes estaban anclados en la poza
de la bahía, y los transportes chilenos Limarí y Paquete de Maule se
protegieron detrás de buques neutrales. Hasta ese entonces, los buques de
guerra chilenos habían evitado enfrentarse a los fuertes de Arica, pero el
Huáscar ya había hecho frente a los fuertes de Antofagasta y el 20 de julio
estuvo frente a los fuertes del puerto de Caldera sin que los artilleros
chilenos se hubieran atrevido a hacerle un solo disparo.
A la 1:15 pm. de aquel día, a una distancia de
cuatro mil metros, el Abtao abrió fuego sobre el Huáscar, que fue continuado
por el Magallanes y los fuertes de Antofagasta. Después de que los chilenos
hicieron 35 tiros, recién el Huáscar contestó con sus disparos a la 1:50 am. y
el combate duró hasta las 4:51 pm., ejecutando el Huáscar los últimos cuatro
disparos. Durante el combate, el Abtao hizo 42 tiros con sus cañones de 150
libras; la Magallanes hizo siete tiros con su cañón de 115 libras y 12 con el
de 64 libras; las baterías de tierra hicieron un tiro de 300 libras y 38 de 150
libras; el ejército chileno hizo siete tiros de campaña Krupp, mientras que el
Huáscar realizó solo 28 tiros: 26 con los cañones de 300 libras y dos con los
de 40.
LYNCH ROGÓ…
En este combate, el fuerte Bellavista, ubicado al
norte del puerto, estaba al mando del comandante José Velásquez, quien cuatro
años después fue jefe de la división chilena que ocupó Arequipa. Hasta ahí
llegó el jefe del Ejército de Chile, general Erasmo Escala, acompañado por el
entonces capitán de navío Patricio Lynch, quien luego fue el jefe chileno
durante la ocupación de Lima. Según el militar austral Belisario Villagrán,
Lynch rogó que le dieran el honor de hacer el primer disparo del cañón de 300
libras del fuerte, “para acordarse de sus buenos tiempos”. En ese primer
disparo, el cañón saltó de su cureña, quedando inutilizado para el resto del
combate.
A las 2:05 pm, dos tiros del Huáscar impactaron
sobre la corbeta chilena Abtao. Uno de ellos penetró el puente, la sala de
máquinas y reventó provocando un leve incendio, causando cinco muertos; uno de
ellos fue el ingeniero 1.° Juan Mary, quien bajaba del puente cuando un casco
de granada lo penetró por la mejilla, perforándole el cráneo. El otro proyectil
atravesó el palo mayor y reventó sobre cubierta, matando a cuatro. Uno marino
chileno fue decapitado por la bayoneta de su propio rifle, el cual lo tenía
colgado en su espalda diagonalmente cuando una pieza del proyectil del Huáscar
chocó con el rifle. En total, el Abtao tuvo nueve muertos, siete heridos graves
–de los cuales dos fallecieron en la noche y otro al día siguiente– y cinco
heridos leves y contusos.
UN SOLO
MUERTO
Uno de los últimos tiros del fuerte Bellavista
impactó en la cubierta del Huáscar. “A consecuencia de la explosión desapareció
el teniente 2.° don Carlos de los Heros, que se encontraba en ese lugar, y fue
herido por las astillas el marinero alumno de la Escuela de Condestables
Alcides Gutiérrez”, escribió Grau en su parte oficial de este combate, quien
remitió a Juan de los Heros un fragmento de la bomba que mató a su hijo.
En efecto, el único muerto peruano en el combate
fue De los Heros, de cuyo cuerpo no quedó nada. Según el corresponsal de
guerra, Julio Octavio Reyes, se arrió un bote y solo se encontró su gorra, su
escapulario del Corazón de Jesús, el taco de una de sus botas y fragmentos de
su vestido. Francisco Retes, sargento de la guarnición del Huáscar y primo de
Carlos de los Heros, escribió a su madre que Grau y la marinería lloraron por
su muerte.
El Huáscar estuvo en la bahía hasta las 10 de la
noche, cuando avistó al blindado chileno Blanco Encalada, por lo que se tuvo que
retirar a Arica. Este fue el final de su expedición antes del combate de
Angamos.
Publicado en la revista Vela Verde el lunes 25 de agosto de 1879
Lo que no queda claro es si el "Huáscar" no udo o no quiso destruir las máquinas resacadoras de agua, pues Antofagasta no tiene agua, aún ahora se trae po tubería desde el río Loa a unos 200 kms de la ciudad.Si hubieran sido destruidas las máquinas resacadoras, el numeroso ejército chileno acuartelado allí habría perecido de sed, y nos habríamos ahorrado muchas batallas.
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